Me voy

Me voy sin ruido, como el viento ausente,

dejando atrás lo que jamás fue mío.

No busco ser valiente ni inocente,

lo entender el arte del vacío.

Empaco las palabras no dichas,

las cartas que rompí sin entregar.

Las promesas que fueron desechas,

y el miedo sutil de volver a empezar.

Me voy sin mapa, sin señal ni puerto,

con pasos que no suenan al andar.

Porque hay adioses que se sienten muertos,

pero enseñan también a respirar.

No es huida, tampoco redención,

es una pausa, un gesto necesario.

A veces marcharse es la opción

para no perderse del todo en lo diario.

Y aunque me aleje sin dejar señal,

llevo en la piel lo que no se olvida.

Quizá no es final, sólo un umbral,

el primer paso de otra despedida.