No levantes piedras contra mi sendero,
también tus huellas se marcan primero.
Nadie heredó mapas, nadie heredó guías,
todos andamos nuestras poesías.
Somos aprendices en tierras inciertas,
llaves temblorosas que prueban mil puertas.
A veces caemos, a veces erramos,
mas todos de a poco también caminamos.
No juzgues al otro por su desacierto,
tal vez su dolor lo lleve cubierto.
Recuerda que todos vivimos de estreno,
corazón frágil, principio pequeño.
Y si la paciencia se torna escasa,
piensa que la vida no tiene repasa:
primer acto somos, ensayo primero,
todos errantes, humanos enteros.