Flor que no presume

Eres como esas flores que nadie riega,

pero igual florecen con furia serena.

No haces alarde, no pides espacio,

y aun así, todo el aire se inclina a tu paso.

La más hermosa, no por lo que muestras,

sino por lo que callas cuando todo aprieta.

Tu voz no compite, no hiere, no arde,

es brisa en la tarde… suave y constante.

Cuando hablas, el mundo baja el tono,

como si entendiera que ahí va el oro.

No nombras el rencor, ni lo sabes pronunciar,

prefieres sembrar bondad sin avisar.

Tratas a todos como si valieran,

como si su historia también doliera.

Y eso te vuelve luz de invierno:

silenciosa, pero tocando adentro.

No es solo que seas bella (que lo eres),

es que no lo usas para hacer ruido.

Eres belleza que no necesita espejo,

claridad que no presume brillo.

Eres la flor que no presume su olor,

pero deja el aire distinto por donde pasó.