El azul no duerme

No son cielo, no son mar: son otra esfera,

donde el azul no sigue explicación.

Dos cristales que el silencio considera

su refugio, su lenguaje, su canción.

Tienen algo de promesa no cumplida,

de pregunta que no busca contestar;

una luz que no deslumbra, pero anida

como el pulso que no deja de sonar.

No reflejan: inventan universos.

Son fragmentos de un misterio sin edad,

y en su centro, como en versos inmersos,

hay un vértigo que sabe a claridad.

Los he visto en la penumbra de un segundo,

y entendí que hay cosas que no se razonan.

Hay miradas que no miran este mundo…

sólo el alma. Y esas, nunca se perdonan.