Crónicas de un reflejo roto

Fuiste jardín con flores de plástico,

perfume prestado, suelo tan drástico.

Prometías lluvia, eras solo rocío,

el tipo de abrazo que deja frío.


Te creí constelación en la niebla,

una brújula firme, voz que consuela.

Pero eras un eco de historias ajenas,

un faro encendido solo por penas.


Dibujaste gestos con tinta vencida,

y cada promesa fue sal en la herida.

Ofrecías soles con manos de humo,

pedías el cielo, dabas un sumo.


Tu amor fue teatro con luces robadas,

ensayabas bien las miradas cansadas.

No fue entrega, fue acto, libreto,

un “te quiero” dicho para el libreto.


Y ahora vas, repitiendo el ciclo,

con otro lienzo para manchar de vinilo.

Que no te sorprenda si el espejo estalla,

cuando el ego, al fin, te pase la raya.