Anhelo sin nombre

Hay días en que todo me recuerda

a algo que no he vivido todavía.

Tu risa, por ejemplo, sin tenerla,

resuena en el rincón de mi alegría.

No digo que te quiero, ni que espero,

pero el café se enfría si no llegas,

la brisa se confunde entre mis dedos

y el mundo se desliza donde juegas.

Te pienso sin pensarte, te adivino

en gestos que no sé por qué me tocan.

Te busco en el perfume del camino,

en voces que pronuncian otra boca.

No tengo mapas claros, ni certezas,

solo un temblor que a veces me sostiene.

Un fuego que no exige, pero pesa,

un “quiero” que en silencio te contiene.