Quiero un futuro, mas todo se esconde,
camino en un tiempo que nunca responde.
Los días me pesan, la noche me oprime,
y en cada latido la sombra se imprime.
Sostengo un deseo que muere en mis manos,
se quiebra en silencio, se pierde en lo arcano.
El eco me llama con voces sin rostro,
y el suelo se abre, vacío y angosto.
El cielo me ofrece promesas gastadas,
constelaciones de luces quebradas.
Las horas me arrastran con paso sombrío,
soy barco sin vela perdido en su río.
Tal vez en la calma despierte un reposo,
tal vez en la nada se guarde lo hermoso.
Y mientras camino sin rumbo ni guía,
me envuelve un susurro que nunca se enfría.